
Consumir una menor cantidad de productos de origen animal no es sinónimo de volverse vegetariano, pero sí significa modificar nuestros hábitos alimenticios sustituyendo algunos de estos productos o bien reduciendo nuestro consumo de carne un día a la semana, por lo menos. Con estas acciones contribuiremos al cuidado del medio ambiente.


¿Sabías que la crianza de animales es responsable del consumo del 30% del agua en el mundo? La huella hídrica es un indicador medioambiental que define el volumen del total de agua dulce usada para producir los bienes y servicios que consumimos.
En la ganadería se incluye el agua que los animales beben, la necesaria para los cereales que consumen durante los años de crianza, la utilizada para abastecer las instalaciones, la evaporada en todos los procesos, e incluso, la que se contamina con sus desechos.


“Tenemos que empezar a pensar en qué le estamos haciendo al planeta con nuestros hábitos de consumo. No solo hay que hacerlo por una cuestión de salud también para reducir el impacto ambiental y proteger nuestros ecosistemas.” Johan Rockström, profesor de Ciencia Ambiental de la Universidad de Estocolmo.
